Red CEIWYNA: cinco años de compartir aprendizajes, sueños y resistencias
Por: Editorial CEIWYNA
www.redceiwyna.org
![]() |
Los que nos trasladamos a esa comunidad desde ‘Uweni
Muyewe, Durango; Muxatej, Nayarit; Tateikié e Ipitzapa en Jalisco, tuvimos que
cargar nuestras maletas cuesta arriba y abajo, por terracerías y cerros hasta
llegar al punto de encuentro; conseguir “raites” y madrugar para llegar a
tiempo y dejar nuestras labores en pausa para atender el llamado de la Red. En
este trayecto hay compañeros de lucha, como los colaboradores del Programa
Indígena Intercultural del ITESO y miembros de los Jóvenes Indígenas Urbanos de
la Zona Metropolitana de Guadalajara, entre otros aliados, que esta vez les fue
imposible atender la invitación.
Los anfitriones de este Encuentro, el Centro
Educativo Tatuutsi Maxakwaxí y el Bachillerato Intercultural Tsikwaita
(Emsad-51), nos dispusimos a tener los alimentos, dormitorios y espacios de
trabajo en condiciones para recibir a los que veníamos. ¡Y llegamos!
Entre amaneceres con vista a barrancos y anocheceres
de cielos estrellados, encontramos nuestro momento de compartir. Primero, las
alegrías y los logros, como la alternativa para que más de 700 jóvenes
wixáritari y na’ayerite puedan estudiar el nivel básico y medio superior sin
perder su identidad, lengua y cultura; las lentas pero continuas construcciones
que vamos habilitando con dinero y trabajo propio para brindar un espacio digno
a nuestros centros educativos; los nuevos proyectos culturales y educativos que
emprendemos en nuestras escuelas y/o comunidades; los esfuerzos que hacemos
para seguirnos capacitando como profesores, como profesionistas y comuneros.
![]() |
En esta misma línea, las tensiones y dificultades que
enfrentamos con la Secretaría de Educación Pública para poder, no sólo
reconocer nuestros modelos educativos interculturales y comunitarios, sino impulsar
los mismos como debería ser, en acuerdo a los derechos nacionales e
internacionales que ratifica el Estado y que como pueblos originarios tenemos; o
el reto constante de problematizar, adaptar y modificar nuestros modelos
educativos a la realidad dinámica y compleja de nuestras comunidades.
Y así, la noche nos cobijó y el ambiente nos colmó de
buenos deseos mutuos mientras compartíamos el calor que nos brindó el Abuelo
Fuego, el sabor del tejuino y la música que brotaba del xaweri y el kanari,
acompañados por una guitarra y un tololoche, a quienes acompañamos con cantos y
alegría al entrar la noche.
Después de dos jornadas de compartición, llegamos,
sí, a distintos acuerdos: está la voluntad de reunirnos más seguido para
profundizar los distintos aspectos que atraviesan la realidad educativa de nuestra
región, la intención de seguir fortaleciendo nuestra cultura dentro de los modelos
educativos y en proyectos paralelos, el impulso por sumar colaboraciones al
interior de nuestras comunidades y con actores externos aliados a nuestra
lucha.
Sin embargo, no llegamos a ver ninguna solución
concreta y expresa a nuestras múltiples necesidades y problemáticas, porque
esas no existen en realidades como las nuestras, sabemos que nuestra lucha es
un peldaño más entre las luchas que nuestros pueblos han tenido que enfrentar por
lo menos desde hace 500 años. Sabemos que es un proceso que no termina ni
terminará y que los siguientes pasos de resistencia se construirán despacio y
entre todos.
Terminó el Quinto Encuentro, pero seguiremos encontrándonos para compartir las resistencias cotidianas por una educación apropiada y digna para nuestros pueblos. Regresamos a casa con el cansancio a cuestas, pero éste no es mayor que nuestro espíritu.
Terminó el Quinto Encuentro, pero seguiremos encontrándonos para compartir las resistencias cotidianas por una educación apropiada y digna para nuestros pueblos. Regresamos a casa con el cansancio a cuestas, pero éste no es mayor que nuestro espíritu.
Comentarios
Publicar un comentario